domingo, 9 de septiembre de 2012

Como un día que comienza


Este hombre
nunca será para mí.
Puedo mirarlo
como
se mira un cometa
atravezando el cielo.
Puedo tenerlo entre
mis brazos
como se tiene
al viento.
Puedo paladear
sus palabras
de amor
cuando
se han ido.
No sé
si las soñé
o si de veras las dijo.
Con él
lo único que sirve
es el desasimiento.
Y no esperar nada,
y estar abierta
como un día
que comienza.
Es inasible.
Impredecible.
Oscuro.
Luminoso.
Silencioso.
Se calla semanas enteras
y cuando menos
lo espero
me dice que me ama.
Si le respondo
ilusionada
ya está en otro lado.
Nunca sé
donde se encuentra.
El sitio más seguro
para hallarlo
es mi corazón,
donde a mordiscos
el sufrimiento
le ha hecho
una casa.





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